Raúl Díez y Julia Otero, ganadores del concurso de microrrelatos

Abr 28, 2020

Ya tenemos los ganadores de nuestro concurso de microrrelato y fotografía #LoyolaEnCasa. El jurado ha elegido los trabajos de Raúl Díez y Julia Otero como los dos mejores de los más de 40 que se presentaron a concurso y que en el Servicio de Actividades Culturales de Loyola se dieron por válidos. Así, Raúl Díez se lleva los 300 euros del primer premio y Julia Otero, los 150 euros del segundo.

Además, Javier Burrero, Paula Romero y Jacito Mañas han obtenido la tercera, cuarta y quinta plaza respectivamente. Cada uno de ellos recibirá un kit de merchandising oficial de la Universidad Loyola.

El jurado ha estado compuesto por Fernando Iwasaki, profesor de Comunicación y escritor, Juan Plaza, profesor de Comunicación y vicesecretario general de la Universidad,  y Emma Camarero, profesora y direcora del Servicio de Actvidades Culturalres (que representaba al rector). Los tres miembros han coincidido en señalar la gran calidad de los trabajos ganadores.

La obras elegidas:

El trabajo ganador es de Raúl Díez, miembro del departamento de Loyola Carreras Profesionales.

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Loyola está en mi casa. ¿Cómo habrá entrado? No es que me importe, al contrario, bienvenida es la visita al presidiario, bienvenido quien colme el espacio entre el cerrojo y el muro enfrentado, quien cese la gotera constante en la mente apresada. Míralo, ahí tan tranquilo. Bostezando y relamiéndose las garras. No presta atención a las noticias y no sabe que los felinos, por lo visto, son sensibles al virus. Tampoco sabrá -supongo- lo del tigre neoyorquino infectado. Imperturbable. Sólo parece interesarle una única cosa: el habitante de la jaula de un balcón cercano. Un pajarito adorable de plumas apagadas, como de haber pasado por muchas coladas. Ese otro pequeño ser siempre me ha inspirado lástima, recluido en la estrechez del alambre, dando vueltas sin rumbo de lado a lado, al igual que el garbanzo en la boca del anciano. Son las ocho. Él canta y aplaude con sus alas. Recelo y convoco el Sanedrín que me juzga y habita dentro. Lanzamos anzuelo en nuestro mar de dudas y al poco la tensión llega al hilo. Comienza el pulso al carrete y, al otro cabo del sedal, emerge una idea sin escamas. Loyola me mira y vuelve a relamerse. #loyolaencasa

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El segundo premio es para Julia Otero, de 25 años, estudiante del doble Máster de Acceso a la Abogacía y Asesoría Jurídica de Empresas en el campus de Sevilla.

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Mirar más allá 🌎 Sueño con aquella niña. La de largas trenzas negras, la de tez morena, la que crece entre los maizales. Amanece en Los Andes peruanos. Su abril, como mi septiembre, de inicios e ilusiones nuevas. Ella. Cada mañanita, por la radio, su lección espera. No irá a la escuela. Sus padres no teletrabajan, tienen tiempo para ayudar con los deberes, pero ellos nunca fueron a la escuela. La cosecha de papas no se frena. Entre aquellas altas montañas, aquellas que siempre sueño, pasan las tardes de recolecta. Suena el despertador. 8:00 am en España. Con tan solo pulsar un botón del ordenador, estoy en clase. Loyola está en mi casa. Desde este lado del mundo, a pesar del confinamiento, todo sigue su curso para muchos estudiantes. Y, aunque a veces la esperanza se torna en miedo, la gratitud me motiva a seguir. Me recuerda que esto es por ti, aunque no te conozco. Y por todos. Volveré, nos veremos pronto. Mientras tanto, mi mente viaja. Desde mi escritorio, miro por mi ventana y sueño. Sueño con aquella niña. La de largas trenzas negras, la de tez morena, la que crece entre los maizales… #loyolaencasa @loyolacultura

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El tercer lugar lo ha ocupado Francisco Javier Burrero, miembro del Servicio de Comunicación de la Universidad.

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Roma, invierno de 1555. Cada mañana, Luis Gonçalves da Câmara escucha como el padre Ignacio le cuenta pasajes de su vida. Lo hace con la vista fija en la pintura de la Virgen con el niño que hay sobre su pequeño y modesto escritorio. ⁣⁣ ⁣⁣ “Aquel confinamiento cambió el rumbo de mi vida, padre Luis. Yo era un hombre de armas, un guerrero. Pero en la defensa de Pamplona un proyectil me destrozó la pierna… Me llevaron a casa, a Loyola, donde quedé confinado en mi habitación. Por la ventana veía la vida que no podía disfrutar. Fue muy duro. ⁣⁣ ⁣⁣ Busqué entretenimiento en libros de caballería para alimentar mi ánimo de guerrero. Pero encontré que no me llenaban. Los cambié por libros religiosos, los cuales leí atentamente. Me causaron una gran impresión las vidas de los santos, tanta, que me replanteé la mía. De una de las ramas de un roble cercano hice una pequeña cruz que me colgué al cuello. Cuando me recuperé, me puse en manos de Dios y me fui para siempre”.⁣⁣ ⁣⁣ Câmara preguntó: “¿Echáis de menos Loyola, padre?” ⁣⁣ ⁣⁣ Ignacio sacó una pequeña y vieja cruz de madera del bolsillo y contestó: “No, Loyola está en mi casa”. #LoyolaEnCasa #microrrelato

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En cuarto lugar, el jurado ha seleccionado este conjunto de texto y foto de Paula Romero. Paula es estudiante de Derecho y Relaciones Internacionales en el campus de Sevilla y tiene 22 años.

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Dicen mis mayores que el tiempo anda al compás de la vida. Pero, para nosotros, el tiempo ha perdido su sentido y se desvanece. Llevamos el susurro del tic-tac tras la oreja y la cuenta atrás en la sien. Vamos acelerados, consumiendo y produciendo, ciegos e insensibles. Simples individuos con complejo de invencibles. Y de repente, frenamos en seco. Y el tic-tac continúa, pero ya no sabemos para qué. Y ya no somos invencibles. Y descubrimos lo que la velocidad no nos dejaba ver. Ahora, el mayor acto de amor es no visitar a nuestros seres queridos. Y esperar. Y, contra todo pronóstico, lo hacemos. Porque somos hijos de la historia y desde hace dos millones de años sabemos que no podemos vivir los unos sin los otros. Ahora, sacrificarnos por los demás es nuestra mayor revolución. Y es que este virus nos mata a todos porque barre a nuestros más valiosos portadores de memoria. Huye irreparablemente al tiempo y a la historia. Por eso me quedo en casa. Porque mi familia estará siempre aquí. Y mis amigos. Hasta la Loyola está en mi casa. Y el tic-tac nunca parará, pero juro que ahora el tiempo merecerá la vida. Paula Romero Muñoz #loyolaencasa

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El quinto puesto ha sido para Jacinto Mañas, estudiante de 4º de Comunicación del campus de Córdoba. Jacinto tiene 21 años.

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Título: Confina(mi)ento Autor: Jacinto Mañas Rueda Diez de abril. Ha vuelto a levantar la persiana durante unos minutos el joven que vive frente a mi ventana. Por las noches, creo que coincidimos escribiendo y desahogándonos en estos tiempos de zozobra e incredulidad, quizá buscando ambos un atisbo de esperanza. Me asomo despacio al patíbulo que ahora es la calle, a una respiración tan lenta que asusta a los pulmones ¿Temo al coronavirus? El sol brilla en las aceras vacías, falta la prisa… y la gente, que no quiere desprenderse tan fácil del tiempo. Caigo en la cuenta de que comienzan las clases virtuales. Arranco el Mac. Loyola está en mi casa. Como todo. Acaba la clase, me ducho, ceno en familia y vuelvo al cuarto. Mis padres rezan. Otra noche. Otro texto. Otro desahogo. Arribo la vista y ¡Espera! ¡Su taza de café es idéntica a la mía! Se siente sorprendido. Se ha dado cuenta de que le observo. Cierro la persiana. Once de abril. Apenas pasan unos segundos de las ocho. Comienza el ritual y mi familia, en ese balcón, aplaude a los héroes junto a aquel chico. Me miran. ¿Por qué están con él? No sé la repuesta, o sí. Creo que lo conozco. #LoyolaEnCasa #microrrelato

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Desde el Servicio de Actividades Culturales queremos agradecer a todos participantes su interés e ilusión. Y al jurado, su dedicación. ¡Muchas gracias!